23 octubre 2006

Madrid II

Valeria,

Hacía años que no escribía cartas, creo que desde mi último campamento en Benicassim cuando tenía la friolera de 14 años, y me enamoré de una niña llamada Cristina, mi primer amor. Volvía del instituto y lo primero que hacía era mirar el buzón esperando sus noticias, poco a poco empezaron a espaciarse las misivas y nunca volví a verla... pero esa emoción es la que he sentido esta mañana cuando he visto que me habías contestado Valeria. No lo esperaba.

En el aeropuerto te pedí tu mail y tú me escribiste tu dirección de correo. Aún te veo corriendo con tu “valija” azul cian enorme por la puerta de embarque, abriéndose, tus libros, tu música querida, tu ropa desordenada, tu días ajetreados en Madrid , y tú riéndote, con tu melena larga pelirroja como una musa de Boticcelli... yo intentando que me dejasen pasar para ayudarte... y sólo pude seguir el sonido de tu risa.

Aún tengo el chichón en la cabeza del golpe que nos dimos. Va bajando, y no quiero que se vaya (verdad que es tonto, que soy tonto) porque fue lo primero que compartimos. Mi País en el suelo de Barajas justo al lado de tu pasaporte, en un microsegundo decidieron caérsenos y en otro nos agachamos justo en el mismo preciso instante para gritar de dolor y mirarnos embriagados por la confusión. Bonito encuentro. Original al menos.

Me encantó tu beso. Suave y Tierno.

Eres mucho más que RELINDA.

Hasta muy pronto, espero. Miraré el buzón cada día.

FEDE.